En el sector de la construcción y el mantenimiento de edificaciones, la protección contra la humedad es un factor crucial para garantizar la longevidad y estética de las estructuras.
Los hidrofugantes son los productos destinados a prevenir los efectos dañinos del agua en una amplia gama de materiales.
En este artículo técnico vamos a explicar qué son los hidrofugantes y cuándo utilizarlos, así como los diferentes tipos que podemos encontrar.
¿Qué son los hidrofugantes?
Son productos que se aplican sobre materiales porosos con el objetivo principal de reducir su capacidad de absorción de agua por tanto actúan creando una barrera hidrófoba dentro de los poros del material, consiguiendo que el agua líquida resbale por la superficie en lugar de ser absorbida.
Una característica importante es que permiten que el material siga transpirando, es decir, que el vapor de agua pueda salir del interior, evitando así, la acumulación de humedad interna.
¿Por qué utilizar hidrofugantes?
La aplicación de hidrofugantes ofrece varios beneficios:
- Protección contra la humedad: El principal objetivo es reducir la capacidad de los materiales para absorber agua, previniendo los daños asociados.
- Mayor durabilidad: Al minimizar la acción del agua, se prolonga la vida útil de los materiales y las estructuras.
- Mejora estética: Se evita la aparición de manchas, eflorescencias y el crecimiento de microorganismos, manteniendo la apariencia original de las superficies.
- Facilidad de limpieza: Las superficies tratadas con hidrofugantes tienden a repeler la suciedad, facilitando su limpieza y mantenimiento.
- Reducción de costes de mantenimiento: Al prevenir daños y facilitar la limpieza, se disminuyen los gastos a largo plazo asociados al mantenimiento y reparación.
- Mejora del aislamiento térmico (indirectamente): Al evitar la saturación de agua en materiales porosos, se mantiene su capacidad aislante, ya que el agua es un buen conductor térmico.
¿Cuándo es necesario aplicar hidrofugantes?
La aplicación de hidrofugantes se vuelve indispensable en diversas situaciones donde la exposición al agua puede comprometer la integridad y apariencia de los materiales.
Algunas de las aplicaciones más comunes son en:
- Fachadas y muros exteriores: Protegen contra la penetración de agua de lluvia, evitando problemas como la aparición de eflorescencias, el crecimiento de moho y algas, el deterioro de la pintura y el desconchado de revestimientos.
- Terrazas y balcones: Previenen filtraciones que pueden dañar las capas inferiores, causar humedades en los techos de las plantas inferiores y deteriorar el pavimento.
- Cubiertas y tejados: Reduce la absorción de agua, minimizando el riesgo de goteras, la saturación de materiales aislantes y la formación de hielo en climas fríos.
- Pavimentos exteriores: Protegen contra las manchas, la erosión causada por el agua y el ciclo hielo-deshielo, prolongando la vida útil del pavimento.
- Piedra natural, ladrillo visto y otros materiales porosos: Reduce la absorción de agua y suciedad, facilitando la limpieza y manteniendo su aspecto original.
- Interiores (en zonas húmedas): En baños, cocinas y otras áreas expuestas a la humedad, los hidrofugantes pueden proteger paredes y suelos de la absorción de agua y la proliferación de microorganismos.
Tipos de hidrofugantes:
- Según su base química:
- Hidrofugantes siloxánicos/silanos: Son los más comunes y versátiles. Penetran profundamente en el material y reaccionan químicamente con él, creando una barrera hidrófoba invisible sin alterar significativamente la transpirabilidad. Son adecuados para una amplia gama de materiales porosos como hormigón, ladrillo, piedra natural y mortero.
- Hidrofugantes acrílicos: Forma una película superficial repelente al agua. Ofrecen buena resistencia a la intemperie, pero pueden reducir ligeramente la transpirabilidad del material. Son adecuados para superficies menos porosas o como capa protectora adicional sobre otros tratamientos.
- Hidrofugantes fluorados: Ofrecen una excelente repelencia al agua y al aceite, además de ser resistentes a las manchas. Son ideales para zonas expuestas a la suciedad y grasas, como pavimentos exteriores y fachadas en entornos urbanos. Suelen ser más caros.
- Hidrofugantes a base de resinas: Forman una capa más gruesa y pueden ofrecer propiedades adicionales como resistencia a la abrasión. Suelen ser menos transpirables y se utilizan en aplicaciones específicas donde se requiere una mayor protección superficial.
- Según su acabado, principalmente en dos categorías:
- Hidrofugantes sin alteración del tono (acabado invisible o natural):
- Características: Estos son los hidrofugantes más comunes y demandados. Están formulados para penetrar en el material sin dejar una capa superficial visible. Su objetivo es proteger contra la humedad sin modificar la apariencia original del soporte.
- Aplicaciones: Ideales para fachadas de ladrillo visto, piedra natural, hormigón arquitectónico, tejas, y cualquier superficie donde se quiera mantener el aspecto original.
- Hidrofugantes con efecto «tono húmedo» o «intensificador del color»:
- Características: Algunos hidrofugantes están formulados específicamente para intensificar ligeramente el color del material, proporcionando un aspecto similar al que tendría la superficie si estuviera mojada.
- Funcionamiento: Estos productos pueden contener ciertos aditivos o resinas que, al penetrar en el material, realzan sus pigmentos naturales, oscureciendo ligeramente el tono y a menudo aportando un ligero brillo o saturación del color.
- Aplicaciones: Se utilizan a menudo en pavimentos exteriores de piedra natural, barro cocido, o en tejas cerámicas donde se busca realzar su color y dar un aspecto más rico y vivo. También pueden utilizarse para disimular ligeramente manchas o diferencias de tono en superficies envejecidas.
- Consideraciones: Es importante tener en cuenta que este efecto puede ser permanente y alterar la apariencia original del material de forma notable. Siempre se recomienda probar el producto en una zona pequeña y poco visible antes de aplicarlo en toda la superficie para asegurarse del resultado deseado.
Consideraciones a tener en cuenta antes de elegir un hidrofugante:
- Tipo de material a tratar: La porosidad, composición y acabado del material son factores determinantes.
- Condiciones de exposición: La intensidad de la lluvia, la humedad ambiental, la exposición al sol y la presencia de contaminantes influirán en la elección.
- Nivel de transpirabilidad requerido: Es importante asegurar que el hidrofugante permita la evaporación de la humedad interna del material para evitar problemas de condensación.
- Durabilidad esperada: Algunos hidrofugantes ofrecen una mayor resistencia a la degradación por los rayos UV y otros factores ambientales.
- Método de aplicación: La facilidad de aplicación y los equipos necesarios son consideraciones prácticas importantes.
- Impacto estético: La mayoría de los hidrofugantes son invisibles tras su aplicación, pero algunos pueden alterar ligeramente el aspecto del material.
Conclusión: Los hidrofugantes son una herramienta fundamental para la protección y conservación de edificaciones.
Su correcta elección y aplicación pueden prevenir una amplia gama de problemas relacionados con la humedad, prolongando la vida útil de los materiales y manteniendo su estética.
Comprender los diferentes tipos de hidrofugantes disponibles permitirá tomar decisiones correctas para garantizar la durabilidad y belleza de los soportes a proteger.
Invertir en una hidrofugación adecuada es una medida proactiva que se traduce en ahorros a largo plazo y en la preservación del valor de las construcciones.
A continuación te mostramos algunos de los hidrofugantes que fabricamos en Neoquim.